El karma es una forma de deuda cósmica que tenemos con el universo, producida por el efecto de un utilizo equivocado de nuestro poder personal.
Al contrario el dharma es un “sueldo” que soluciona y anula nuestro karma cuando utilizamos nuestro poder personal en manera justa.
En estas teorías no se habla de bueno o malo, sino de justo o equivocado porque el respecto de si mismos y de los demás llevan la persona a actuar a nivel ético, no moral.
El karma es el producto del poder personal decía antes, pues actuar activamente en nuestro mundo produce karma. Pero al mismo tiempo esta “deuda” no es mala, es una calidad de nuestra experiencia que contiene una enseñanza. Aprendiendo, lo solucionamos.
No activar nuestro poder personal no nos permite de huir de este esquema, porque el poder lo tenemos en cuanto seres existentes en este universo, aceptar nuestro poder personal significa simplemente aprender lo que tenemos que aprender para vivir en manera ética nuestra vida.
Podemos seguir actuando pasivamente e inconscientemente, generando karma, o tomar la responsabilidad de nuestras acciones y de sus consecuencias.
Solo cuando, a través de la aceptación de nuestro poder personal, que llega aceptándonos con nuestros limites y potencialidades únicas, utilizamos nuestro poder en manera justa (que significa amor incondicional para nosotros y por reflejo para los demás) solucionamos el karma de nuestras vidas pasadas y generamos dharma.
El dharma nos creerá una vida mejor ahora y en la siguiente porque entenderemos el mundo desde una conciencia mas amplia.
Aunque no creíamos en la parte metafísica de las leyes del karma (es algo que cada persona tiene que decidir si creer, no creer o tener abierta la posibilidad que exista, y yo personalmente estoy en este tercer grupo actualmente), a nivel psicológico la aceptación de nosotros mismos nos llega a superar los limites personales y sociales para llegar una conciencia diferente de la vida.
Ver a nosotros mismos como fuente de positividad para los otros, quitar la careta amenazadora que damos a una realidad de “culpa” para tomar al contrario “responsabilidad” de nuestras acciones, nos lleva a vivir las leyes sociales en manera activa. Empezaremos a  hacer cosas no porque nos lo dicen, sino porque nos anima una regla de respecto de nosotros mismos y de los demás que te llega por la comprensión que somos todos conectado.
A nivel energético eso pasa cuando vivimos desde el chacra corazón, pues desde el amor incondicional.
Eso puede pasar solo a través de la reconciliación con el pasado.